11 de enero de 2010

My own Mr. Karma

(Si hubiera escrito este post cuando lo sentí necesario, poco más de una semana atrás, seguramente tendría otro tono. Pero bueno, los designios del destino -?- llevaron a que fuera hoy, así que veremos qué sale. Como no estoy muy inspirada y me lo quiero sacar de encima rápido para que no me siga dando vueltas, seré breve...)

Ya he descrito antes al objeto de neurosis. Sin embargo, el que inspira este post es un tipo particular que afecta a las féminas y que es un recuerdo al que ellas acuden con mayor o menor frecuencia vayaunoasaberporqué.

Ahora bien, cuando ha pasado un determinado lapso de tiempo y dicho OdN ya no es evocado voluntariamente sino que circunstancias externas remiten a él, adquiere la denominación de fantasma.

Pero cuando hace rato que no es una canción, ni un lugar, ni un tema de conversación, sino que la persona más inesperada te habla acerca de eso como "tu destino", ya no es un fantasma, es un karma.

Y yo, parece ser, soy la (¿feliz?) poseedora de uno.

Y, cabe aclararlo, es un poco molesto.

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