10 de junio de 2011

It's evolution, baby

Lo vi venir, haciendo alarde de su producto. Demostrándolo ante el -bastante-hostil público del subte. Pasó por delante mío, sin ofrecerme nada y a la espera de ser llamado, tal como hizo con los otros pasajeros. Dudé en pedirle que frenara. Sentí que mi indecisión demoraba todo, y que él se iría, dejándome sin mi compra...

Pero volvió a pasar, para ir a buscar una caja con el resto de sus productos. Pude ver que tenía de más colores, y tomé la decisión. Llamé al vendedor, y me compré (sisí, ME compré) una pizarra mágica.


Madurez, la llaman.

No hay comentarios:

Publicar un comentario